Thursday, February 14, 2013

Culpo a los 80s de mis expectativas respecto a las mujeres

Algunas de esas cosas que tienden a separar nuestros géneros son los malentendidos respecto a lo que realmente queremos o esperamos de la vida, y buena prueba de ello es que el equivalente masculino de "culpo a Disney de mis expectativas respecto a los hombres" sea comunmente aceptado como "culpo al porno de mis expectativas respecto a las mujeres". No hay duda alguna de que existen ese tipo de tíos, es imposible no reconocer que en mayor o menor medida todos pasamos por esa etapa, pero generalmente es algo que tiende a pasársenos en cuanto tenemos pareja durante mas de un par de meses. No, el verdadero problema no es ese, los verdaderos culpables tienen nombres como Columbus, Zemeckis y etc

Hay una clase de tíos, los nacidos en los alrededores de los 80, que crecimos viendo películas en las que el protagonista era un chavalete con un aspecto físico de lo mas normal, con una cantidad mas bien modesta de carisma, ingeniosos pero en su justa medida, mas bien vagos y razonablemente bienintencionados, personajes que en el momento de inicio de la película tenían un cierto patetismo en mayor o menor grado pero que acababa resultando ser lo que les hacía "guays". Personajes que casualmente eran la persona correcta en el momento adecuado para salvar el universo/la ciudad/el instituto a base de dar buen uso a esa particular afición suya sin ninguna otra utilidad práctica en la vida más allá de ese preciso instante. Sí, todos quisimos ser un Starfighter y en el proceso obtener a la chica, que no dejaba de ser un bonito complemento en una historia perfecta.

Y claro, creces, al menos físicamente, centrándote en tus hobbies, dejando de lado cosas como mantenerte en buena forma o mejorar tus habilidades sociales, sin esforzarte demasiado ni siquiera en aquello que se supone que es tu área de conocimiento y teórica fundación para tu vida laboral. Al fin y al cabo, que mas da? En algún momento una chica se dará cuenta de lo especial que eres, un trabajo ideal estará esperándote para que desarrolles todo ese potencial que aún tienes oculto y, quien sabe, quizás todo tu conocimiento sobre rpgs japoneses semidesconocidos sea necesario en algún momento para salvar el mundo. Siempre hay unos juegos de guerra a la vuelta de la esquina, no?

Pero pasa el tiempo y cae la unión soviética, los patinetes voladores siguen sin inventarse y en ningún momento descubres un barco pirata en las afueras de tu pueblo. Y por si eso no fuese lo bastante decepcionante descubres que ninguna chica parece fijarse en el héroe en potencia que se esconde tras tu yo apocado. "No importa", te consuelas, "porque en algún momento la chica perfecta me encontrará". Y por supuesto, esperas que esa chica perfecta se aparezca a la puerta de tu casa, para qué te vas a molestar en arriesgarte a salir de tu zona de comfort social? En cualquier momento el destino la proveerá, y a una mala crear a una chica explosiva no parece ser tan difícil.

Puede que en algún momento llegues a conocer a la chica perfecta, puede que después de todo sí que tengas un pequeño héroe en tu interior y que os encontréis precisamente en esos escasos momentos en los que estás demostrándolo, de manera que es capaz de llegar a apreciarlo. Y entonces quizás descubras que tras los títulos de crédito la historia sigue, que el día a día en una relación requiere mucho mas esfuerzo y valor que cualquier pequeño acto heroico que hayas llevado a cabo hasta entonces, especialmente cuando lo que para ti supone una heroicidad no es mas que la mas común normalidad para cualquier otro. O peor, puede que te esfuerces y que pese a todo lo vuestro no funcione, porque a veces para llegar a ciertos sitios sí necesitas carreteras.

Y puede que el destino quiera que encuentres a esa chica pero que a ella no le intereses lo mas mínimo. Puede que a ella quien le guste sea el capitán del equipo de rugby. "No pasa nada", pensarás, "porque tarde o temprano verá mas allá de los músculos". Y entonces descubres que el capitán del equipo de rugby es un ingeniero. "No pasa nada", pensarás, "porque tarde o temprano verá mas allá del status social". Y entonces descubres que lee a Faulkner, y que sabe tocar el bajo, y que es voluntario en una ong, y que cuando conoces al hijoputa encima te cae bien. Qué clase de final es ese en el que los nerds y los jocks se van de cañas?

Quizás entonces empieces a plantearte que la vida no deja de ser una competición, y quizás empieces a plantearte el mejorar ciertos aspectos de ti mismo sólo para poder obtener ciertos premios a los que otros tienen acceso. Y quizás lo hagas y entonces descubras que esos otros te llevan años de ventaja, años de esfuerzo y sacrificio constante, y quizás sólo te quedes en plantearte mejorar en algún momento, cuando conozcas a la persona que lo merezca, cuando los cielos se abran y tu propia Molly Ringwald aparezca frente a tí, dispuesta a esperar a que mejores para ella, incluso dispuesta a ayudarte a mejorar. Porque no importa que no te gustes a ti mismo mientras le gustes a ella.

Pero en algún punto te tocará apagar la película. En algún punto tendrás que darte cuenta de que tu Molly Ringwald no está dispuesta a esperarte, de que no es un simple complemento para tu historia en 3 actos con malos definidos y de que ni siquiera está esperando por un héroe porque no necesita a nadie que la salve de nada. Y en algún punto tendrás que darte cuenta de que Molly Ringwald ni siquiera existe, de que tanto ellas como nosotros no somos mas que un puñado de personas intentando salir adelante tan bien como podemos y ninguno tenemos por qué hacer ningún tipo de sacrificio gratuito por el otro, de que ni siquiera es deseable ni sano.

En algún punto toca mirarse en el espejo y darse cuenta de que ni siquiera somos igual que los protagonistas de esas historias, de que somos bastante menos ingeniosos, considerablemente menos guapos, y de que a estas alturas nos estamos quedando calvos, gordos y nuestra colección de cromos de Oliver y Benji difícilmente va a salvar el mundo.

Sí, culpo a las películas de los 80 de mis expectativas respecto a la vida y, por extensión, de mis expectativas respecto a las mujeres. Y eso es por completo culpa mía.

Pero no os preocupéis, casi nunca es demasiado tarde para poner otra película que nos guste mas, y aunque es cierto que todos somos protagonistas de nuestras vidas si queremos protagonizar ciertas películas tenemos que estar dispuestos a cambiar para optar al papel principal. La pregunta entonces es... qué película queréis protagonizar?

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